Perfiles Psicológicos (El país de los niños gigantes)

 

-            ¿En cuál motel es? – le pregunté con cierta duda después de ver la fotografía donde Sandra parecía un pañuelo secado al sol tras tres meses de llevar tempestad. Un desastre.

-            ¿Cómo cree usted que yo le voy a sacar una foto a Sandra en un motel? – Vinicio aún sostenía el celular con la foto en dirección mía y de Evangeline.

-            La amistad a veces da para demasiado.

 Luego le consultó a Sandra si le daba permiso de mostrar la siguiente fotografía, la respuesta fue negativa, la vergüenza en ocasiones daba muestras de querer aparecer y con Sandra es todavía más difícil que aparezca.

 Estaba en una charla de amigas con Evangeline, cuando de pronto, Vinicio se sobresaltó pensando que la conversación iba sobre él, estuve a punto de llorar de solo imaginar que él creyera que éramos capaces de hablar sobre su persona. Lo importante es que ya recibió mi perdón. Isabel miró sorprendida, pero con mi mirada le intuí que no se preocupara, a veces los humanos reaccionamos sin querer, por instinto.

 Durante el stand up de hoy, hubo la presentación de un compañero nuevo en la oficina. A cada uno le tocó hacer una breve presentación personal, a Enrique le dio risa presentarse, a Romeo el turno lo había tomado desprevenido como las últimas veces, y Amalia hizo hincapié en el equipo futbolístico de sus amores, cosa que por razones terapéuticas tenía prohibido en la oficina. Finalmente, la ansiedad se comió a Paolo, parecía el conejo de Alicia en el País de las Maravillas, apresurado por el tiempo, como si el tiempo no acabara por consumirnos a todos.

 Hoy se celebra el día del niño y no sé si mi niña interior está orgullosa de lo que soy. Cuando era niña quería ser monja, porque esas señoras estaban cerca de Dios y bueno, luego vino la pubertad, el despertar de las hormonas y poco a poco la idea de ser monja se fue al diablo. Con un compañero de colegio descubrí que la castidad no era lo mío, eso no podía ser cosa de Dios.

 Donato fue claro, se podía asistir con ropa cómoda. Lo que pasa es que la comodidad tenía diferentes puntos de vista. Para mí la comodidad era una camiseta sin mangas y una licra a media pierna donde se pudieran apreciar aquellas piernas carnosas que la naturaleza me dio. Para Donato la comodidad no incluía sandalias, ni camisetas sin mangas, ni pijamas, así que ropa cómoda era básicamente la ropa con la que asistíamos de manera regular al trabajo.

 El cansancio hizo que dejara los ID badges en mi casa, a la entrada del edificio estaba una muchacha de otra oficina, pero el de ella no abría las puertas, estaban bloqueadas. Regina estaba por llegar, pero en mis adentros no esperaba que llegara con sus ID badges, pero me sorprendió, lo pasó por el lector y este abrió al primer intento, ocupábamos una mano virgen, una mano que nunca hubiera conocido el pecado… fue eso o algo sucedió en ese momento y se desbloquearon las puertas. Podíamos llegar a la oficina, para celebrar el día del niño, de ese niño que creció con sueños y quizás en el trascurso de la vida, se los fuimos asesinando.

 Isabel llegó con un buzo negro, nada pegado al cuerpo para no usurpar las mentes de los demás, Evangeline y yo optamos por usar jeans, la ropa normal con la que asistíamos a la oficina, Vinicio y Nicolás fueron con pijamas, lo mismo Sandra, pero mientras Vinicio y Nicolás lucían bien en ellas, Sandra asemejaba a Ludovico P.Luche, aunque más maltratada por la vida, Nicolás parecía Bugs Bunny y Vinicio estaba indeciso entre la Pantera Rosa en la versión del Chavo del Ocho o Dipsy, el Teletubbie de color rosado. Enrique en cambio no había vestido a su niño interno, llegó sin aspavientos, tan normal como pudo. 

-            ¡Maldición! – le dijo Vinicio a Sandra – a mí no me sirve salir con usted.

-            ¿Por qué?

-            Porque ninguna muchacha acepta bailar conmigo, la ven a usted y seguro se piensan que es mi pareja, se me quedan viendo con cara de ¡qué hará este joven tan papito con esa vieja tan desaliñada!

 Romeo y Donato habían llegado con pijamas menos estrambóticas, más recatadas (aunque Romeo aclaró que era un pantalón, no un pijama) y Paolo le había dado una oportunidad a su versión más juvenil, a esa que sale a relucir cuando necesitamos ser nosotros.

 El idioma de Cervantes es maravilloso, hay tantas palabras magníficas y desconocidas, por ejemplo, hay quienes no saben que la sangre es una parte del cuerpo, es como decir que el agua no es parte del coco. Hay robos de robos, hay gente que roba museos, partidos de futbol, pero hay robos que atentan contra la dignidad de las personas y hay quienes lo ven bien…. como Paolo, que tras de eso me manda a no pelear… ¡a mí!... que solo peleo porque las cosas no se ensombrezcan por las cosas incorrectas. Paolo y Romeo me mandaron a aprender a no perder, como si las mujeres no perdiéramos a diario con los hombres. Porque hay cosas que son injustas, déspotas, pero hay un Dios que observa y todo lo ve, bendecidas seamos quienes caminamos por la senda de la verdad y la justicia.

 El jefe me preguntó por mi outfit infantil, pero murió hace mucho tiempo, en otras épocas, en el siglo pasado, y yo sí recuerdo el momento que murió, nunca le di la oportunidad de resarcirse, perdón. Entonces en la esquina, Nicolás y Vinicio comenzaron a recriminar a Sandra por pensar en otros hombres teniendo pareja, no estable, pero pareja al fin, luego fuimos nosotras y cinco minutos después toda la oficina discutía sobre la infidelidad, sobre los delitos de los hombres, sobre las formas vulgares de salir ganando en terrenos pantanosos.

 Infidelidad: Concepto humano que denigra a la persona, afectando la autoestima de quien la comete. Acto deprimente carente de humanidad, de valores, práctica indecente y despreciable de la que Sandra se ufana, porque desde una mirada, hasta un mensaje es infidelidad. Delito agravante del que Nicolás, Donato, Evangeline, Vinicio, Enique y yo, renegamos. Que nunca se nos permita a nosotros caer en los tentáculos de ese abismo, porque quienes somos fieles aprendemos a verlo como una forma de vida, y pensar que yo tenía otro concepto de Sandra, y pensar que al inicio me reclamó porque en su opinión yo la veía como la P.U.T.A de la oficina (véase Perfiles Psicológicos Café con Vodka) … ¡qué descaro!

 Durante el almuerzo hubo hot dogs y obvio… Sandra los devoró porque le encanta la salchicha, Evangeline degustó cuatro, porque si su boca podía con dos, probar cuatro no era nada y lo hizo porque quería, porque podía y porque su cuerpo se las pedía.

 Yo gané dos entradas al cine… ¿y si le digo al abogado?, vencen en noviembre, aun tengo tiempo para pensarlo, porque los hombres están bien por un rato, pero no por mucho, porque no conocen los detalles que una mujer necesita para sentirse bien.

 Había una oportunidad de verme con el abogado sin prisa, sin que el reloj estorbara tanto, y relativamente estaba fácil. Le pedí este viernes libre a Donato, vendría a la capital a hacer un trámite familiar y de paso, lo vería, con la complicidad de una mañana disponible. Nuestras citas no eran muy frecuentes por una razón, él vivía en zona rural y yo, más cerca de la capital, había que acomodar horarios, este viernes quedaba perfecto.


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