Inocentes fuimos



Inocentes fuimos,
la desnudez nos llegó sin buscarla,
la redondez de tu pecho
encendió una chispa en mí,
el néctar de la vida
apareció entre tu falda
y la noche fue la patrona de nuestro motel.

Mis manos encontraron su bujía
el sudor descubrió su aroma
en un trozo de piel,
cada sitio tiene su historia,
cada mártir su vocación
tu mártir soy yo,
tú la patrona de las lujurias
que viven conmigo
sin acomplejarse en mi colchón.

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