El beso de Dios
Mi Dios se acordó de mí en mis lamentaciones,
las cosas malas cayeron por su propio peso
ayer mi mundo fue un saco de emociones
y en la noche pude sentir un dulce beso.
El beso que Dios me daba en las mejillas
para recordarme que estaba conmigo
y mientras lloraba sentí unas cosquillas
porque en medio del desierto fui trigo.
Me convertí en fino artista
de los que tallan la obra de Dios,
él es el cantante y yo su corista
que repite sus obras a viva voz.
Vienen contra mí sin ver que no estoy solo,
que soy un soldado en el ejército divino,
ayer hubo calor en medio del polo
y fue Dios vistiendo a este peregrino.
No hay oscuridad donde manda el que ve todo
y aunque hay días grises, son pasajeros
porque es el Señor quien me saca del lodo
y moldea mis días con la yema de sus dedos.
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