Margarita



Martes, 7:00 pm

Él sabía que yo era toda suya, en cuerpo y alma, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en las buenas y en las malas, no éramos matrimonio pero yo llevaba esas palabras conmigo, no porque un juez o sacerdote me pidieran decirlas, yo las llevaba por un mejor motivo, sabía que eran ciertas.

- ¿Cómo te sientes?.
- Te confieso que estoy un poco nerviosa.
- ¿Sólo un poco?
- Sí, un poco nerviosa, pero a la vez emocionada.
- Dime ¿cuánto llevamos juntos?.
- Tres meses y medio.
- Y han sido los mejores de mi vida -. David me besó como mi marido ya no lo hacía, estábamos en una nube de amor y pasión, yo volví a ser una chiquilla de colegio con él. - ¿Recuerdas lo que vamos a hacer?.
- Sí - y me cubrí los pechos con la sábana -; mañana entre diez y diez y treinta entro en la cuenta del banco, te transfiero el dinero de la cuenta de Emilio y antes de mediodía pasas por mí.
- Nena, eres una diabla, cuando hayas hecho la transferencia me avisas, de inmediato tomo mis cosas y paso por ti.

Yo me sonreí, ya no soportaba vivir con Emilio, ese hombre iba de la casa al trabajo y viceversa, nunca salíamos, ya no me hacía el amor con la misma frecuencia, ni yo me sentía con ganas de que me lo hiciera.

- Ese esposo tuyo es un idiota, dime ¿dónde está ahora?
- Haciendo horas extras.

Me tomó entre sus brazos y me besó mientras rodeaba mis senos con sus manos.

- Y yo - me hablaba agitado- ¿dónde estoy?.
- Donde tienes que estar, complaciéndome en la cama.

Y volvimos a hacer el amor hasta quedar exhaustos.

Martes, 7:00 pm

- Emilio, no quiero caer en más molestias.
- Ya dije que no es ninguna molestia, usted tranquilo, todo está bien.
- Inés no lo sabe, pero no tenía de otra, últimamente el negocio no va bien, pensé que sólo iba a ser una racha, pero ahora es más que eso.

El hombre estaba destrozado, yo le había dicho a Margarita que haría horas extras a petición del supervisor, pero era mentira, este hombre me había llamado llorando al trabajo y no pude dejarlo así. No era el mismo Carlos que yo conocía, viéndolo llorar era irreconocible.

- ¿Qué le dijiste a Margarita?
- Cree que ando haciendo horas extras, no iba a decírselo.
- Lo agradezco, ¿cómo van las cosas con ella?.

Por fin habían llegado las dos cervezas y las bocas de pescado que habíamos pedido.

- Hasta donde sé, vamos muy bien, este otro mes cumplimos once años de casados.
- Inés me lo dijo ayer mientras tejía un abrigo.
- De hecho estamos pensando en pedir familia.
- ¡Hombre, ya era hora! uno no es joven por siempre.
- Yo ya no estoy tan joven, ya pinto treinta y cinco calendarios.
- Ojalá yo tuviera tu edad, brindemos por eso, por el amor, once años de casados y los hijos que vendrán.

Ese dinero no lo ocupaba aún, Margarita y yo habíamos vendido un terreno que mis padres me habían heredado y habíamos invertido en plazo fijo, en este tiempo ese dinero era el suficiente para Carlos.

- Te lo iré cancelando en tractos, puse a la venta el negocio, con eso tengo para cancelarte y meter el resto al banco, para Inés y para mí es suficiente
- Usted tranquilo, ahorita no lo vamos a ocupar.
- Gracias Emilio.

Miércoles, 10:10 am.

Tengo la maleta lista, tengo la clave de acceso a la cuenta del banco y una vida de sexo y diversión a la vuelta de la esquina, bueno... a veinticinco minutos que se tarda David en llegar a casa, ahorita estoy por ducharme, primero hago la transferencia y luego me ducho. Que Emilio sepa que no estoy satisfecha con él, yo ocupo un hombre, en todo el sentido de la palabra, no un idiota que pase trabajando todo el día, mientras yo me siento descuidada.

Esto es sencillo, sólo insertamos la clave, lo transferimos y listo, mi vida arreglada de principio a fin, sólo queda llamar a David a avisarle:

- Preciosa, paso por ti en cuarenta minutos, mientras me alisto.
- Listo, yo voy a ducharme y alistarme, te amo.
- Nena, yo te amo más, desearía estar ahí contigo.

Este hombre va a provocarme un infarto, pero eso ¡qué importa! si me da uno, que me dé con él.

Una hora después.

Este hombre no llega, hace quince minutos me dijo que estaba por llegar, voy a llamarlo... "el número que usted marcó no corresponde a ningún abonado". No puede ser, es el número correcto. Menos mal, me está entrando una llamada privada, debe ser él:

- ¿Dónde estás?.
- En la oficina, ¿dónde esperas que esté?.
- Emilio, amor... -no era mi llamada- estaba hablando con mamá hace un rato, pensé que era ella.
- Menos mal, mira, ocupo que hagas algo, anoche estuve con tu padre, necesita que le prestemos el dinero que tenemos ahorrado, tuvo que hipotecar la casa y están por perderla, me pidió que no te dijera, pero tengo reunión y no puedo ir al banco, has tú el retiro para poder dársela, no le digas nada, estaba muy afectado.

No pude contestarle, en resumen, quedé como una idiota, mis padres perdieron la casa, Emilio se separó de mí y nunca volví a saber de David.

Comentarios

Entradas populares