Perfiles Psicológicos (Sandra)

 En otras circunstancias, hubiera consumido dos analgésicos antes de atenderla, media botella de güisqui y un tranquilizante, pero me había sorprendido. Lejos de llegar con una enagua tallada a la cintura y mostrar sus piernas, había cruzado aquella puerta con un pantalón negro, blusa con manga de tres cuartos y delicadamente maquillada.

- Buenos días, Sandra, ¿cómo está?

- ¡Hola!, jaja, amanecí bien, con dolor de espalda por la vejez, jajaja.

Creo que al menos el güisqui me hubiera servido de algo.

- Usted es de las que más pidió este mini proyecto, ¿tiene algo que quiera decir?

- En mi defensa, al estar próximamente casada, hay puntos importantes que aclarar doctora.

Al menos hubiera encendido un incienso o una velita a la Virgen de Guadalupe.

- Tengo la leve impresión de que usted cree que la veo como la puta de la oficina, ¿cierto?

- ¡La leve impresión no!, es la impresión completa, jaja, pero en mi defensa, cabe aclarar que soy todo lo contrario, me ha costado un poco ser más sociable, por lo general siempre he sido tímida. Lo que pasa es que ahora como ya sabrás estoy muy feliz con mi prometido y eso me hace ser más expresiva y poder hablar más temas. No todos los hombres son atractivos, unos a nivel físico, otros a nivel sexual, y el que más me interesa, uno que sea capaz de mantener una conversación, a lo mejor es por eso que se piense que soy o que fui muy puti, al final yo no andaba buscando a nadie, sin embargo, lamentablemente como dice mi amigo Enrique, la gente es clasificable.

No recuerdo si dejé la casa cerrada con doble candado, creo que al menos, a Nerón sí le dejé la comida y el agua, listas. ¡Ya me acordé!, estoy con Sandra, por eso divago.

- Pero Sandra, si yo le dijera a usted, que está equivocada y que en realidad la veo como una mujer empoderada, segura de sí misma y satisfecha con su sexualidad, ¿cambia en algo su perspectiva?

- Por supuesto, eso es lo que soy ahora.

- La opinión que debe primar en nosotros es la propia, las demás personas se dejan llevar por el cascarón, pero la verdadera naturaleza del fruto es interna.

- A lo mejor por eso nunca aclaro nada, estoy tan segura de mi realidad que no hay necesitad de especificar y decir que soy una santa. Las personas deben conocerla a una a profundidad para dar su propio criterio, sin embargo, aprovecho su pregunta para contárselo.

- Muy bien Sandra, hay gente que pasa su vida tratando de que la gente nunca la conozca, el amor propio es lo que nos impulsa a sentirnos vivos.

- Eso es muy cierto, justo por eso es importante tratar las personas, además cabe mencionar que soy muy sensible a las energías, créame que sabré perfectamente cuando las vibraciones cambian –como si hiciera falta que me dijera que conoce sobre el cambio de vibraciones- eso es lo mejor que se pueda hacer, aunque he aprendido a tener cuidado, prefiero hacerle caso a mi intuición que al pensamiento. El pensamiento muchas veces me sabotea, solo que ya he aprendido a dominarlo poco a poco.

- Usted es la persona que más aplica el doble sentido en la oficina, hay gente que no entiende, pero cada uno tiene sus mecanismos para adaptarse, como un camaleón. De nosotros depende el que la gente nos visualice como lo que realmente somos.

- El doble sentido hace una conversación de amigos más divertida, siempre y cuando no caiga siempre en lo sexual y lo vulgar –yo jamás creería que Sandra pudiera caer en lo vulgar- lo que pasa es que cuando yo me expreso, lo hago de una manera pausada, siempre trato de tener el cuidado de decir las cosas, el doble sentido no siempre viene por mí.

- En este momento de su vida, si usted fuera un libro, ¿de qué género sería ese libro? -la respuesta que espero es un libro para adultos-.

- El género de mi libro sería sin duda una novela de desarrollo espiritual, y aclarando, no me refiero a las religiones porque no creo en ellas, un desarrollo de quien soy yo en el universo, sé que soy especial, desarrollando mis habilidades intuitivas, etc.

- Yo lo vería más como una novela autodidacta, porque usted ha aprendido mucho sobre usted misma durante los últimos años y eso la ha llevado a un crecimiento personal.

- Doctora, actualmente hay algo que no le he contado. Al cumplir 30, Sandra se prometió a sí misma, dejar todo lo vivido a en los 20s, estoy en una etapa de felicidad quiero vivirla. Es momento de disfrutar todo por lo que he trabajo desde niña. Es el momento de pasar tiempo conmigo y tener la libertad de enamorarme sin represiones desde mi adolescencia, el no poder sentirme segura, por el qué dirán. Llego una nueva era para mí.

¿Será muy mal visto si me río?

- De eso se trata el crecimiento, dejamos etapas, pero no las olvidamos, porque son las que van formando la persona en que nos convertimos.

- A los 29, tenía muchas ganas de no llegar a los 30, deseaba con toda mi existencia no cumplir más años.

- Los treinta le van a devolver la vitalidad que una vez dio por perdida. Para ir terminando, ¿le gustaría que jugáramos a algo? voy a regalarle tres palabras, una de ellas la asocio con usted, las otras no se relacionan. Avíseme cuando haya escogido una, pero no me diga cuál escogió.

- De acuerdo.

- Cobardía, lascivia, análisis.

- Listo.

- Perfecto. Sandra como siempre, gracias por su tiempo, su tarea es aprender que el escritor de su vida es usted misma, nadie marca nuestras páginas sin el derecho de autor. Que le vaya bien.

- Doctora, pero no me puede dejar así, que el siguiente paciente se espere, jaja, ¿y que hago con la palabra que escogí?

- La guarda para sí, yo nunca voy a saber la palabra que escogió, es suya, no mía.

Sandra, te aseguro que yo trato de salvaguardar tu reputación, pero la mayoría de las veces tú no me colaboras.


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