Perfiles Psicológicos (Nicolás)


Lo que inicio, lo hago con el permiso de mis queridos chicos, quienes, para mi sorpresa, lo propusieron y aceptaron en su totalidad, formar parte de este mini proyecto. Voy a registrar parte de una sesión privada con cada uno de ellos, de manera que podamos hablar de forma conocer algo natural, uno por uno. ¡Qué emoción! Iniciemos, espero que al final, la experiencia sea del agrado para todos y sirva de algo este pequeño ejercicio.

Había entrado a la consulta con cara de inocencia, con la misma cara inocente con que llegó en su primer día de trabajo, hace un par de meses. Pero la inocencia es una capucha que sirve para esconder quienes somos en realidad. Debe ser esa mirada que esconde, o el cuerpo que lo delata como el más joven de todo el equipo.

- Buenos días, Nicolás, ¿cómo le ha ido?

- Buenos días, muy bien, ¿y usted?

- Bien, gracias por querer participar en este mini proyecto, me encantó el gif con el que aceptó, me encanta que usted sea una persona ganadora, ¿siempre fue así?

Cuando le propuse la idea de dar a conocer una sesión, Nicolás no había mostrado la menor duda, parecía que, en el fondo, estaba esperando una oportunidad, me había enviado un gif sobre la película Ted (no precisamente una película sobre los pasos de la inocencia), en el fondo todos queremos que nos conozcan un poco.

- La actitud siempre, pero no siempre se puede ganar.

- Por supuesto, nadie en el mundo gana siempre, ocupamos perder para forjar nuestro carácter, ¿recuerda la última vez que perdió? estoy segura de que eso le ayudó a reaccionar con respecto a alguna situación.

Acomodó su cabello, su chaqueta de mezclilla y puso cara de disgusto.

- Justo ayer, jugando Nintendo -y lo sé, yo también estuve jugando, además, pude comprobar que tiene tendencias suicidas en los videojuegos-.

- Y, aun así, yo que estuve ahí envidié su determinación y concentración, pero en la vida, no siempre jugamos, se nos presentan momentos complicados, si usted asume todos sus retos con esa determinación, vivir se hace más fácil.

- Yo soy más, de que pase lo que tenga que pasar.

En sus ojos intuí que decía la verdad, que este chico era fiel amigo de la determinación, de las cosas que se consiguen luchando, aunque también pude notar que es un poco más abierto de lo que regularmente parece durante sus horas de labores. ¡Sabrá Dios como es en la intimidad de su vida personal!

- ¿Cree en el destino?

- Yo creo que sí, pero también soy de la idea que uno forja su propio destino con cada acción buena o mala.

El destino no es lo mío, nunca he tenido creencias en él, lo mío es dejar que los días avancen, sin la sensación de que exista algo o alguien que sepa todo lo que nos pasará. Entonces traté de sacarlo de su zona de confort.

- Hay un pajarito que dice que usted, es más terrible de lo que parece, todos somos terribles en algo, lo importante es trabajar en ello para ser mejores, ¿hay alguna versión suya, que quiera y que aún no ha logrado?

- Dicen eso por ahí, -se sonrió- parte de eso que dicen es cierto, pero en el trabajo hay que comportarse. Ahorita me siento bien con la persona que soy, claro que, siempre hay cosas por mejorar. 

- El día que no nos quede nada por mejorar, vamos a dejar de apreciar el mundo, no voy a robarle mucho tiempo, ¿le parece si le regalo algo?

- Sí, claro.

Es contagioso el entusiasmo de este muchacho. Sin embargo, es de pocas palabras.

- De estas tres palabras, una la relaciono con lo que conozco de usted, y las otras dos, son trampa, avíseme cuando escoja una, no me diga la que escoge: recelo, timidez, delirio.

No ocupó pensarlo mucho.

- Listo.

- Gracias, siga con el empeño que le noto, el que se esfuerza está siempre más cerca de lograr sus metas. Hasta luego.

- Gracias a usted.

Salió por la puerta con un estado de relajación que envidio, en lo poco que lo conozco no he visto que el tiempo lo altere, la juventud tiene sus propios privilegios.

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