Perfiles Psicológicos (El espíritu ganador)

 


- Me contaron aquello y vine a corroborarlo con usted – le dijo Mateo a Paolo, mientras este se encontraba almorzando. Paolo lo miró, asintiendo con la mirada.

Mateo calentó el almuerzo en el microondas y luego se dirigió a Amalia.

- No entendí el chisme.

A mí me sorprendió el comentario, dado que la capacidad intelectual de Mateo se acentúa cuando de chisme se trata, es un don innato con el que nació y del que hace alarde a diestra y siniestra. También había llegado Romeo, con ropa más casual, porque un día que le hice un comentario sobre su ropa, consideró que yo le había puesto la meta muy alta. Así son los hombres.

- Menos mal que no había otros presentes, porque el comentario puede darse para mal entendidos – y luego rio Isabel ante su propio comentario, venido luego de que Amalia dijese que aún conservaba un pedacito para su disfrute personal (de pastel), hay gente que ve el doble sentido en todo, ¡Dios se apiade de ellos!

A los videojuegos se nos había unido Nicolás, pero ese muchacho no respeta las canas, luego de jugar el primer nivel, se concentró de una manera que nos mandaba a silenciar a Evangeline y a mí, tratando de sincronizar sus manos con el cerebro y el televisor. Un par de risas se le escapaban a Isabel, quien estaba como espectadora de aquella escena, recostada en un sillón, con su teléfono en una mano y los ojos en la tarde de videojuegos.

Evangeline se había indignado con los noticieros, luego de que pasara otro bloque deportivo sin que hicieran alusión a su querida arquería, o al rugby, deporte que seguía con afán, pero que los medios televisivos ticos, no conocen, puesto que sus periodistas son fanáticos al deporte de Maradona y Pelé.

Al almuerzo no se unió Fabián, decidió almorzar solo, cuando todos habían regresado a sus lugares de trabajo, ocupaba estar en paz, en armonía consigo mismo y prefería almorzar sin nadie, cuando todos estuvieran trabajando, almorzaría él. Ya llevaba un par de semanas de realizar la práctica de almorzar acompañado de sus pensamientos. El amor no se sintió en el aire, el día no había querido que saliera el sol y el mes está por llegar a la mitad de su ciclo de vida.

Se viene el ‘Employee Day” en la empresa, y para el juego de buscar tesoros, estábamos de acuerdo en hacer equipo, Amalia, Evangeline y mi persona. Invitamos a Nicolás, pero se volvió con aires de realeza y nos preguntó si nosotros éramos personas ganadoras, porque él no se apuntaba a jugar con perdedores, su ADN no le permite denigrarse de esa manera. A Fabián no le consultamos, dado que solo se une con personas guapas y no quisimos preguntar nuestro estatus, para no desalentarnos como Evangeline. 

Hoy no llegaron Vinicio, Enrique ni Sandra, el fin de semana o el simple gusto por presentarse en la oficina en días intermedios de la semana, no les permitieron llegar a trabajar un lunes, que estaba tan lleno de lluvia como el firmamento de estrellas. Los lunes que ni las gallinas ponen, los lunes que son el preámbulo de lo que nos espera durante los siguientes días.


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