Perfiles Psicológicos (Amalia)

 Últimamente llegaba con un sexapil más relajado al trabajo, sin detallar mucho sus peinados, pero con la misma sonrisa con la que saludaba a todos, sin excepción.

- Buenos días, Amalia, ¿cómo le va?

- Como me vi en la reunión, ¿o uno no es como se ve?

- Uno es como uno mismo se ve, los demás solo miran lo que nosotros dejamos ver.

- Ah la pucha, me limpió.

Algo me ha enseñado el tiempo que llevo de conocerla.

- Amalia, usted es la que más aplica la filosofía en su lugar de trabajo, ¿cuál es su filosofía de vida?

- Diay… no sé, ¿cuál es el parámetro?

- El que usted misma se imponga.

- Mi filosofía de vida es la conversación, porque uno no se lleva nada de esta vida, tampoco las conversaciones, pero al menos pasa uno el rato… además de eso intentar ser uno mismo sin dañar (esto resulta difícil hoy en día) mucha susceptibilidad.

- Sí, la susceptibilidad, pero a veces veo y me corrige si me equivoco... que usted mismo se retracta de cosas que dice, antes de que las demás personas lo hagan, ¿por qué?

- Diay, por lo mismo para no dañar a la gente. Cuando uno es muy natural no tiene filtros y es mejor hacer "correcciones" jajaja, bueno según yo funcionan para que no se ofendan, quizás solo sea mi forma de comunicarme.

- Y si corrigiera a los demás, ¿qué cree que pasaría?

- Intento no corregir a los demás, ¿usted ha percibido ese comportamiento en mí doctora?, cada quién es como es y ya... intento respetar las formas de ser porque sé que la mía es particular, particular como mi huella dactilar.

Y tiene razón, la particularidad y Amalia son uno mismo, como la canción de Timbiriche.

- Y lo respeto, sólo me entra la curiosidad de si alguna vez quiso corregir a los demás y se detuvo de hacerlo.

- Creo que eso nos ha pasado a todos.

- Pero no todos se retractan.

- Yo solo doy mis opiniones, aunque hay peleas que prefiero perderlas, es difícil retractarse, requiere valentía.

- El sabio se retira cuando ve que la batalla no tiene necesidad de ser, no es bueno hacerse enemigos que no estén a la altura del conflicto.

- Correcto.

- No voy a quitarle más tiempo, una consulta más, ¿acepta un juego pequeño?

- ¿Cuál es el premio?

- Conocimiento personal.

- Buen premio, dale.

“Dale”, ese vocabulario tan Milenial, o tan yo no sé de qué generación es.

- En mi opinión, una de estas tres palabras la definen a usted, dígame cuando haya escogido, pero no me diga la palabra que escogió: dualidad, empatía, alucinaciones.

- Ya.

Tampoco precisó de mucho tiempo, es como un cuarto de motel, a lo que vinimos y punto.

- Gracias por su tiempo, déjese la palabra, su filosofía es su yo interno, si está contenta con usted, su filosofía funciona. Hasta luego.

- Hasta luego, doctora.

Salió con ese paso medido, con su caminado relajado, con la filosofía de disfrutar y seguir siendo ella, porque hay quienes no necesitan siempre los días soleados, la claridad también les llega en los días de lluvia.

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